Mindfulness para mayores

Hasta no hace mucho tiempo, el mindfulness aplicado al mundo de las personas mayores era prácticamente inexistente. Teníamos cursos de mindfulness para todos los gustos: gestionar el estrés, el rendimiento en ejecutivos y empresas, para el mundo sanitario, programas para las adicciones, programas para centros penitenciarios, programas para la escuela primaria y también para los adolescentes. Pero, como también sucede con tantos otros ámbitos, habíamos dejado de lado a nuestros adultos mayores. Esta situación, por suerte, parece que va subsanándose, poco a poco, a todos los niveles.
Envejecer estando a la altura de ello, es decir, con aceptación, curiosidad, agradecimiento e ilusión, ya es de por sí un reto. En la vejez, a menudo nos asaltan sentimientos de, inseguridad, miedo, fragilidad, incertidumbre hacia lo que vendrá. Puedo hablar de ello, pues yo misma me encuentro iniciando esta etapa de mi historia personal, y de repente me he convertido en “abuela”.
No es una etapa fácil de nuestro ciclo vital, pero es, sin dudar, una de las más fascinantes. Desde las turbulencias nuestra adolescencia no nos habíamos enfrentado a un periodo tan cambiante y lleno de desafíos. Podremos aceptarlos más fácilmente si nos damos cuenta de que las personas nos encontramos en constante evolución y cambio. Uno de los conceptos fundamentales del Budismo es el de la impermanencia.
Así pues, tendremos que trabajar a conciencia para lograr vivir nuestra ancianidad de forma plena, con alegría, llenos de confianza y bienestar. Entrenar no solo nuestra musculatura corporal, sino que también el llamado “músculo de la atención”, es básico para conseguirlo y requiere perseverancia, atención y compromiso personal. Calmar la mente, tranquilizarnos, relativizar, tener conciencia del momento presente, con aceptación y amabilidad, son los pilares para reducir el estrés y la ansiedad y poder lidiar mucho mejor con todas las situaciones a las que nos enfrentamos en nuestro día a día.

Beneficios de la práctica de mindful yoga

Tanto el mindfulness como el yoga forman parte de los programas de envejecimiento saludable y activo que promueven la salud física y mental, así como los valores de la gente mayor. Estos programas se están llevando a cabo con mucho éxito, en diferentes ámbitos y en distintos países del mundo.
Los beneficios de estas prácticas se encuentran ampliamente documentados en distintas publicaciones de medicina y psicología. Es sabido que el yoga es una de las actividades más recomendables para este periodo de la vida. Es una maravillosa manera de hacer ejercicio de forma suave, excelente para mantener la mente y el cuerpo fuertes, flexibles y resilientes , y siempre puede adaptarse a nuestras posibilidades.
En cuanto al mindfulness, son muchos los estudios que demuestran cambios en el cerebro, principalmente en el área frontal izquierda, región que está asociada al afecto positivo y la regulación de las emociones. Entre otros, el estudio del año 2005 de la doctora Sara Lazar, profesora de la Facultad de Medicina de
Harvard, que descubrió un aumento de la ínsula, región implicada en la percepción de sensaciones internas y que se considera básica para percibir las emociones. Según la doctora Lazar, el mindfulness puede compensar algunas de las pérdidas debidas a la edad, ya que la corteza y la ínsula suelen empezar a deteriorarse a partir de los 20 años. Afirma que “la meditación puede tener un efecto muy serio en el cerebro que va mucho más allá de sentarse y meditar, lo que puede tener un impacto muy positivo en la vida cotidiana”. Por otro lado, se reduce la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, y se estimula la producción de endorfinas, las hormonas de la felicidad. Todo ello nos permite regular nuestro estado emocional.
En el mindfulness aplicado a la gente mayor nos centramos siempre en sus habilidades más que en las limitaciones lógicas que puedan tenerse por la edad. Como muy bien indica Jon Kabat-Zinn “en la medida en que respiras, hay en ti, independientemente de lo que ocurra, más cosas buenas que malas”. Se trata de fomentar la confianza, la autoestima y los recursos naturales innatos que todos poseemos, para vivir una vida más rica, más plena y más feliz, en un mundo convulso que, muy a menudo, percibimos como hostil.
La salud es el resultado de factores físicos y mentales. Creo, sinceramente, que la práctica del mindfulness y el yoga, o mindful yoga, nos ofrecen las herramientas necesarias para potenciar nuestro bienestar, y así navegar con calma y confianza en las aguas de esta fase de la existencia. Haciéndonos conscientes, de momento a momento, del gran regalo que, como su mismo nombre indica, es el momento presente.


M. Teresa Palomas
Docente de Hatha Yoga, especializada en Dru Yoga y Yoga para embarazadas /
Instructora de Mindfulness
Autora de:
Yoga y Embarazo (editorial Océano)
Mindfulness para Mayores (editorial Kairós)
Yoga y Meditación para gente mayor (editorial Siglantana)